
La hamburguesa casera, no solo está de moda, sino que es uno de los productos estrella. No hay restaurante que se precie, que no tenga en su carta un par de opciones a disposición de sus comensales.
Y la verdad, es que siempre apetece una buena hamburguesa. Yo soy un loco de las hamburguesas. Me encanta probarla allí donde voy y hacer un ranking propio de las mejores que he comido. Y es que, ¿quién puede resistirse a un filete de carne picada entre un bollo de pan, aderezado con salsa y acompañado de queso y bacon?
UN POCO DE HISTORIA
Aunque ya en tiempo de la antigua Roma, aparece una receta similar a las hamburguesas. Históricamente se atribuye a las tribus mongolas y turcas en el siglo XIV. La receta original de carne picada, llegó a Alemania de la mano de los tártaros de origen ruso. Ellos la comían directamente cruda y especiada (podría ser lo que hoy conocemos como steak tartar). La palabra hamburguesa proviene de Hamburgo (Alemania). Por aquel entonces, era uno de los puertos más importante de Europa. Fueron los inmigrantes alemanes que llegaron a los Estados Unidos de América los que la introdujeron a finales del siglo XIX. Desde entonces, se ha convertido en uno de los símbolos de la cultura estadounidenses.
Hoy, es muy fácil hallar gran variedad de hamburguesas. Podemos encontrarlas de muchas formas posibles: en las famosas cadenas de fastfood, la hamburguesa que puedes comer en bares y restaurantes y por último, las grandes creaciones gourmet.
Nosotros somos muy fans de las hamburguesas caseras, de las de “hazlo tu mismo”. Ir a comprar a la de a la carnicería de toda la vida y elegir tu mismo la mezcla. Y es que, esto de #hamburguesear se ha convertido en toda una experiencia que reúne cada vez más adeptos. Están a los que les gusta experimentar con las salsas. Los locos por los acompañamientos y los que se atreven con carnes exóticas. Por otro lado, están los de la vieja escuela, donde todo lo que no sea queso y bacon es considerado un sacrilegio.
Las posibilidades que se presentan son infinitas. Pero ¿qué es lo verdaderamente importante cuando va a preparar una hamburguesa casera en condiciones? Para mí, los pilares imprescindibles que sostienes una buena hamburguesa perfecta son dos: la carne y su preparación y el pan. Todo el acompañamiento, salsa y demás elementos que se le puedan añadir pueden mejorarla. Pero, si el pan y la carne son buenos, no le hace falta mucho más.
LA CARNE DE TU HAMBURGUESA CASERA
La mayoría de las veces, la carne suele ser de ternera o buey, pudiendo elegir diferentes razas como Black Angus Americana, rubia Gallega y Wagyu. Coma base para nuestra hamburguesa, normalmente se utiliza la aguja, que es una de las piezas en mi opinión, perfectas para obtener un resultado alucinante. Es una carne tierna, jugosa y con poca grasa. Situada sobre el hombro del animal, es una pieza bastante común y que siempre sueles encontrar en tu carnicería. Para magnificar tu hamburguesa casera y obtener la combinación perfecta, pide a tu carnicero que te añada a la aguja de ternera picada, un trozo de panceta de cerdo fresca, la proporción está en 20% de cerdo y 80 % de vacuno, esto le dará una mayor jugosidad. Para evitar que la carne se seque al cocinarla, di a tu carnicero que solo pique la carne una vez.

Si lo que quieres es obtener la combinación perfecta, pide a tu carnicero que te añada a la aguja de ternera picada, un trozo de panceta de cerdo fresca, la proporción está en 20% de cerdo y 80 % de vacuno, esto le dará una mayor jugosidad. Para evitar que la carne se seque al cocinarla, di a tu carnicero que solo pique la carne una vez.
Lo que si me gustaría aconsejarte, es que no intentes hacer una hamburguesa con solomillo o con entrecot. Aunque son carnes de muy alta calidad, en mi opinión, cada pieza de carne es distinta y tiene su propia forma de ser preparada, igual que no utilizaría garreta de ternera para hacerla a la brasa, ni entrecot o lomo alto de buey para hacer un guiso.
COCINAR LA HAMBURGUESA CASERA
Una vez tenemos lista la carne, es muy importante cuidar la forma de cocinarla. Lo normal es que sea en la barbacoa, que le da un gusto especial ahumado muy característico. O también a la plancha, donde la hamburguesa se cocina un su propio jugo, potenciando su sabor y jugosidad. Antes de cocinarla, añade un poco de cerveza negra a la carne de tu hamburguesa, como unos 100 ml por kilo de carne. Déjala como 1 hora en la nevera para que coja sabor y alucinaras.
Para que esté al punto, se debe cocinar durante unos 4 minutos por cada lado a un fuego medio alto. Añade un poco de aceite de oliva si lo deseas pero recuerda, sólo directamente en la hamburguesa. Puedes variar el tiempo de cocción minuto arriba o abajo según te guste poco o muy hecha. Nunca aplastes la carne cuando este en la plancha. Cuando la carne este casi terminada, pon una loncha de queso justo antes de retirarla del fuego para que funda y envuelva la carne.
EL PAN
TIPOS DE PAN

Hay varios tipos, el pan de sésamo de toda la vida, el brioche, el káiser roll. También, un par de opciones de pan nacionales: el mollete y la chapata. Un truco, intenta dar al pan un toque tostado por la parte interior. Por un lado, conseguirás que el pan aguante mejor las salsas y el queso. Pasados unos minutos, evitaras que se haga blando. Y por otro lado, tendrás el pan calentito con un toque crujiente.
A la gran mayoría de personas que van a preparar una hamburguesa, no les importa el pan. En mi opinión, puede empeorar el resultado. No digo que una hamburguesa no pueda estar buena utilizando un pan mas industrial. Pero lo que queremos es conseguir un resultado especial y el pan es algo clave que marca la diferencia.
Hay varios tipos, el pan de sésamo de toda la vida, el brioche y el káiser roll. También tenemos varias opciones de pan nacionales: el mollete y la chapata. Todos ellos casan perfectamente para obtener una buena hamburguesa. Lo bueno es ir cambiando y experimentando.
Un truco, intenta dar al pan un toque tostado por la parte interior. Por un lado, conseguirás que el pan aguante mejor las salsas y el queso fundido. Evitará que pasados unos minutos, tarde mas en hacerse blando. Y por otro, lado tendrás el pan bollo calentito con un toque crujiente.
Una vez solventadas y reforzados los pilares principales de la hamburguesa perfecta, ya podemos añadirle los acompañamientos y salsas que más nos gusten y que regocijen nuestro paladar. Y es que a la hamburguesa, todo o casi todo le va bien. Desde las combinaciones más básicas de queso, tomate, bacon y un toque de kétchup. Hasta las hamburguesas gourmet, hechas con carnes de alta calidad y diferentes razas. Con acompañamientos como cebolla confitada, frutos secos, tomates secos y una infinidad más de ingredientes posibles.
Al final, de lo que se trata, es de ponerse manos a la obra y disfrutar del placer de hamburguesear cocinando y dejando volar la imaginación y lo principal y más importante, disfrutar comiendo.